Un repaso a los datos combinados de Eurostat, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), el Banco Mundial, Reuters y el Fondo Monetario Internacional, entre otras instituciones, España figura como quinto país con mayor nivel de estrés entre los miembros de la Unión Europea (a los que se ha añadido Reino Unido). El análisis revela que Serbia es el país más estresante para vivir en Europa. Le siguen Letonia, Portugal, Grecia y España. El país con menor nivel es Islandia.
En el estudio se prestó atención a tres categorías: estrés financiero, estrés laboral y estrés en el ámbito personal. En el índice desarrollado para la evaluación, Serbia obtiene 77,8 puntos. Los factores que llevan al país a ostentar este dudoso honor tienen que ver con fuentes de preocupación causadas por las finanzas -basadas en datos sobre tasa de pobreza, promedio de coste del alquiler de un apartamento de una habitación en una zona céntrica, precio del transporte-. Estos datos se han valorado en relación con la tasa de empleo, el sueldo medio y el tiempo dedicado a trasladarse al trabajo, entre otras variables.
Serbia se va a lo más alto de la lista porque su salario medio es el tercero más bajo de Europa (534 euros al mes), y su tasa de pobreza muy elevada (23%), la cuarta del continente.
En Letonia la puntuación se explica más bien por factores personales, tales como la tasa de divorcio, los casos de contagio de Covid, depresión y niveles de criminalidad. En Portugal, los autores han destacado una de las menores tasas de empleo de la UE (56,1%). En el caso español, el estrés financiero, pero aún más el laboral, son los factores relacionados con el estrés que más han contribuido a esa quinta posición.
Por el contrario, Islandia es el país con menor grado de estrés relacionado con el trabajo. Pesa en su situación la inversión de menor tiempo en los traslados de la residencia al lugar de trabajo (solamente 15 minutos de promedio) y una tasa de pobreza del 9%.
Además del estrés, la ansiedad y la depresión son otras de las dolencias que se han desatado durante la pandemia. Ha sido un fenómeno observado en todo el mundo, según un reciente estudio publicado en la revista científica The Lancet. Los casos de depresión mayor han aumentado un 28%, los de trastorno por ansiedad un 26%. En cifras absolutas, en 2020 se presentaron 53 millones de trastornos depresivos y 76 millones de diagnósticos de ansiedad más de los esperables, con una incidencia mayor en mujeres y personas jóvenes.
En España, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a mediados de 2020 había 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo, el 5,25 % de la población mayor de 15 años de todo el país. Se estima que la depresión afecta al 4,7% de los hombres y al 7% de las mujeres.
Asimismo, el consumo de ansiolíticos sedantes e hipnóticos subió en 2020 a 91 dosis diarias por cada 1.000 habitantes, lo que supone un incremento del 4,5% con respecto al año anterior y de casi el 10% con respecto a hace una década, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
Estos datos revelan la magnitud del problema sanitario que representa la pandemia silenciosa de la salud mental, sobre la cual los especialistas han venido advirtiendo prácticamente desde el comienzo de la crisis desencadenada por el Covid.
Fuente.: elEconomista.es Belén Diego / 01 feb 2022 / 18:38 H.