Atendiendo a la definición que recoge el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) los factores de riesgo psicosociales son “aquellas condiciones presentes en una situación laboral directamente relacionadas con la organización del trabajo y su entorno social, con el contenido de trabajo y la realización de la tarea y que se presentan con capacidad para afectar el desarrollo del trabajo y la salud (física, psíquica o social) del trabajador”.
En cuanto al estrés laboral, el propio INSST reconoce que “es una de las principales consecuencias de la exposición a riesgos psicosociales” que puede afectar “a todos los trabajadores, de todas las categorías y profesiones” y tiene efectos “sobre absentismo, rendimiento y productividad”.
En los últimos años, los problemas derivados de los riesgos psicosociales y el estrés en el trabajo están afectando notablemente a la salud de las personas e incidiendo en la economía de una manera creciente. Esta situación no solo se vive en España, también en los países de la Unión Europea.
Según un reciente estudio realizado por «ZERES ABOGADOS», utilizando para ello, información proveniente de una gran cantidad de fuentes para hacer una aproximación del coste que supone a las arcas del Estado y otras organizaciones este tipo de bajas, manifiestan que:
» Las bajas laborales por razones psicológicas están creciendo por encima del resto, mientras que la incidencia general de todas las incapacidades temporales está incrementándose año tras año, con un coste cada vez mayor. El coste de las bajas por problemas psicológicos podría superar los 30.000 millones de euros en 2023, más de dos puntos del PIB, de mantenerse la tendencia actual.
Fabián Valero, socio fundador de Zeres Abogados, conoce de primera mano el problema y opina que: “Es evidente que tenemos un problema de ansiedad y estrés generalizado en la sociedad española, al igual que en el resto del mundo occidental, y un porcentaje importante del mismo tiene su origen en el trabajo o el entorno laboral..»
El pasado año, según otro informe del Banco de España, se perdieron 86,5 millones de días de trabajo por incapacidad temporal por contingencias comunes, cifra que no incluye las de los trabajadores autónomos. Estos datos reflejan un aumento del 34,36% respecto al año 2021, y de un 46,33% respecto a año 2019, antes del COVID-19.
Por término medio, en general los estudios estiman que el coste de cada baja psicológica es mayor que el de otras causas de baja, porque la duración de las incapacidades temporales que derivan de ellas es superior.
En general, resulta lógico pensar que es mayor el tiempo necesario para curar una depresión que un problema lumbar, y eso hace que ese tipo de baja sea más cara, porque el trabajador está más tiempo incapacitado.
Pues bien, además de todo esto, sucede que la incidencia de las bajas por razones psicológicas no para de crecer.
Así lo señala el Estudio de la evolución de los “trastornos mentales y del comportamiento” en la incapacidad temporal” de FREMAP (mutua).
Conclusión del informe:
La prevención de los riesgos psicosociales debe impregnar la cultura de la empresa, formando y sensibilizando a la dirección, a la plantilla y a los stakeholders. Las personas deben ser el centro.
Estamos ante un falso dilema dado que solo hay una solución correcta.
Fabián Valero Socio fundador de Zeres Abogados.
Fuente.: Observatorio ZERES nº 1, agosto 2023, «El coste de los riesgos psicosociales y el estrés 2 en el mercado laboral español»